martes, 27 de mayo de 2008

FINALES EDAD MEDIA


LOS ÚLTIMOS SIGLOS MEDIEVALES

Anteriormente ya hemos hablado de la Edad Media en su contexto general, pero queriendo ampliar más nuestra visión del mundo de la época y de los valores que lo constituyen hemos querido ahondar brevemente en algunos de los aspectos fundamentales del período que abarca los siglos X al XV, y que conoceremos bajo el nombre de Baja Edad Media, para diferenciarla de la Alta Edad Media que correspondería al momento del surgimiento de este nuevo orden de Europa. Para comenzar haremos una pequeña reseña histórica que nos permita adentrarnos en los básicos de este tiempo.

A diferencia de los siglos anteriores, ya desde el siglo X Europa está en un momento de fortalecimiento interno y de particularización en relación al mundo de Oriente. Es así como tenemos que ya han cesado las constantes oleadas de los distintos pueblos germanos, que la población ha comenzado a vivir una lenta pero permanente mezcla entre las distintas culturas; ya han surgido los diversos reinos y los territorios feudales se han consolidado, y lentamente se han ido diferenciando los distintos pueblos, a la luz de una diversidad de características tales como el idioma, los rasgos raciales, las costumbres, etc. Dentro de toda esta Baja Edad Media, nombre que no tiene ningún sentido peyorativo, podemos observar que el motor que impulsa toda la sociedad es la fe, el mundo de la cristiandad, que logra aunar los distintos criterios y que moviliza a Europa entera. Esta influencia es tan grande, que podemos verla en distintos aspectos tales como la vida política, la cultura, las artes en general, la vida militar, la música, el lenguaje cotidiano, es decir, en todas las dimensiones de la vida diaria.

Históricamente podemos decir que la influencia de los Imperios de Carlomagno (768-814) y de Otón (936-973) son claves para entender la relación que va a existir entre lo que es el poder del Imperio (lo llamaremos poder Temporal) y el poder de la Iglesia representado en la figura del Papa (lo llamaremos poder Espiritual). Con estos emperadores, que gobernaron lo que conocemos como el Sacro Imperio Romano Germano, se tiene una idea que llevará a posteriores conflictos, pues se decía que el emperador debía intervenir en los asuntos eclesiales, ya que era una suerte de tutor, lo cual en un principio se logró vivir de la mejor manera, pero con posterioridad desencadenó un número importante de abusos, lo que conllevó a la primera ruptura que se producirá en el siglo XI entre el Papa Gregorio VII y el emperador Enrique IV. El Papa va a determinar que es la Iglesia la que debe resguardar el poder temporal, ya que éste es dado por Dios, y no viceversa. Esto desencadenó que en el año 1075 el Papa dictara los Dictatus Papae (Dictados del Papa), en los cuales se dejaba en claro este asunto. Podemos preguntarnos cuál es la importancia de estos asuntos para hoy, y la respuesta necesariamente nos hace ver que nuestra situación actual de la Iglesia sin influencia del Estado, si bien es un tema definido en el siglo pasado, tiene un génesis muy anterior, que se remonta a las constantes disputas que parten ya en el siglo XI hacia delante, con posteriores uniones y separaciones de los dos poderes.

A partir del año 1095 se predica la participación en una campaña militar-religiosa que va a unir a toda Europa bajo un mismo objetivo: el rescate de la Tierra Santa (Palestina) ya que ésta se encontraba en manos de los musulmanes. Así se dará inicio a la primera de un total de ocho Cruzadas, que se prolongarán hasta el siglo XIII, las cuales convocarán a toda la sociedad de la época, incluidos reyes, grandes señores, obispos y todo el pueblo. Es una empresa que incluso traspasa las fronteras regionales, y une a los distintos territorios europeos.

Avanzando en el tiempo, durante los últimos años del siglo XII y comienzos del XIII podemos vislumbrar un período glorioso para toda Europa, hay una renovación en el ámbito espiritual con las conocidas Órdenes Mendicantes (los actuales Franciscanos y Dominicos), quienes fueron fundados por San Francisco de Asís y Santo Domingo de Guzmán, y por otra parte tenemos al pensador más grande de la cristiandad, conocido como el “Doctor de los Ángeles”, es decir, Santo Tomás de Aquino, quien hace una síntesis magistral y renueva todo el conocimiento de su tiempo, trayendo a la luz los estudios clásicos, en especial a Aristóteles, siendo la figura más ilustradora del gran auge de la universidad como un centro de estudio (lo veremos más adelante).

En el ámbito político y social el siglo XIII va a dar paso a un siglo XIV cargado de grandes conflictos bélicos y de grandes epidemias. Primeramente comienza en el año 1337 la Guerra de los Cien Años, en la cual la lucha tiñó de sangre a franceses e ingleses por la sucesión del trono galo. A esto hay que sumar que algunos años antes (1305) el papado se había trasladado desde Roma a una ciudad al sur de Francia llamada Avignon, lo cual desembocó en una problemática posterior y en una gran crisis religiosa del siglo XIV conocida como el Cisma de Occidente. En el año 1348 toda Europa se ve asolada por una gran mortandad traída desde el Oriente, y conocida comúnmente bajo el nombre de la Peste Negra, que en realidad era una peste bubónica y que diezmó a la población del continente, lo que obviamente trajo consigo un proceso de decaimiento y de empobrecimiento generalizado. Finalmente podríamos decir que este complejo siglo XIV va a llevarnos a un siglo XV que en su final va a florecer con nuevas fuerzas, con los descubrimientos geográficos por parte de Portugal y de España, y con lo que conoceremos como el Humanismo y el Renacimiento.


Algunos Valores del la Baja Edad Media:

En primer lugar debemos decir que el término cristiandad refleja un valor fundamental en la Edad Media, puesto que nos orienta hacia una sociedad unida a la Iglesia, con una base fundamental en la fe. Imperio e Iglesia están unidos, y podríamos decir que constituyen el cuerpo y el alma de Europa, y si bien vimos que hubo algunas complicaciones a partir del siglo XI con Gregorio VII y Enrique IV, podemos decir que en el sentir de toda la comunidad aparece esta unión que forjó una sociedad entera, y que llega a su esplendor en los siglos XII y XIII. Reflejo de este valor son las grandes movilizaciones que constituyen las Cruzadas, las cuales se hacen en pos de una fe que orienta la vida.

En el mundo de las artes, la creación arquitectónica tiene un cambio importante. El románico, estilo imperante en la primera parte de la época medieval, va dando un lento paso a lo que van a constituir las grandes construcciones de catedrales de fines del XII y parte del siglo XIII. Nos referimos al estilo gótico, característico del interés de esta época de poder demostrar a través de todas las manifestaciones el tema religioso. Este estilo se caracteriza por el uso de la ojiva y no el arco de medio punto que era propio del románico. Son construcciones muy altas, que pretenden unir al hombre con el cielo, representan la magnificencia del Creador y la pequeñez del hombre; son luminosas, con vitrales que representan imágenes religiosas, y que muestran un espíritu particular y propio de esta Edad Medieval.

Finalmente, sabiendo la cantidad de temas que son importantes pero que omitimos para no extendernos, vamos a hacer mención a la figura de Santo Tomás de Aquino (1227-1274) y su gran aporte al mundo hasta hoy: la Síntesis entre Fe y Razón. Él logra captar de manera brillante los puntos en los cuales se puede fundamentar la fe pero vista desde la racionalidad; su trabajo constituye el mayor esfuerzo hecho por la intelectualidad humana para captar lo esencial del conocimiento divino. Sus obras son tanto del ámbito de la filosofía como de la teología, pero abarca un montón de otros temas que son de plena actualidad. Él rescata todo el pasado aristotélico de la filosofía, cosa inédita hasta ese momento, e incluso se nutre de pensadores musulmanes para poder ampliar su conocimiento. Sin lugar a dudas constituye un modelo para la vida de cualquier estudiante universitario, y es un autor fundamental para cualquier estudio serio de filosofía o de teología, además de muchas y variadas disciplinas intelectuales. Al concluir hemos querido unir a este punto el tema de la universidad medieval, que va a constituir el gran esfuerzo por ordenar y sistematizar los estudios y el conocimiento en general, con grandes maestros y pensadores y con un sistema basado en el conocimiento lo más universal posible, fundamentado en dos grandes ámbitos que son el Trivium (Gramática, Retórica y Dialéctica) y el Quadrivium (Música, aritmética, geometría y astronomía), para así constituir personas sabias y cultas que aporten al bien común de toda la sociedad.